Nací en el corazón de un par de tipos que tenían nada en la bolsa, que con suerte abrasaban la falta para el cuarto de siglo. Vi un mundo que cambiaba apoteósicamente que del guano pasó al asfalto. Tanto fue así que yo mismo me vi imbuido en este cambio, no sé en que momento pasó, alguien me hablo de un viaje, a conocer la capital, el palacio de las falacias y andar en metro. Se comentaban las escaletas mecánicas aparatitos que me parecían fascinantes en medida de que nunca, hasta ese momento subí a una... supuse que las abría altas hasta el cielo... y mi sorpresa fue grande cuando al llegar a catedral con ahumada vi una inmensa, intente subir y la desgraciada no tenia fin, vi a muchos subir... yo lo intente, pero me vi envuelto en una maraña de peldaños que subían sin preguntar a donde... yo salí de ella, y nunca supe donde se detenía.
Me bajé al oír -Alimentar al pobre y vestir al desnudo- y cuando lo estuve la escalerita siguió subiendo, mi ropa se atoró en un peldaño y medio a poto pelado me avergoncé y baje corriendo... luego me vi frente al mundo con un ave contándome que podia ser feliz sin escaleras siniestras ni palabras embusteras...
