lunes, agosto 16, 2010

Proclamo a la Inmensidad



**

No pretendía ser quién, pretendía ser lo que soy, a veces a medias, a veces suficiente, más no bastó la llana razón y la inteligencia para construir lo que en potencia el pequeño ser mío podía llegar a ser. Se va mi alma en un hilo, a veces al pensar la inmensidad de mi sentimiento, pues me intimida y me inquieta la idea errante de no ser más para vos de lo que ahora soy. Tú eres todo lo que en mi vida representa maravillosamente lo bello y lo iluminado, desde aquí se explica que hoy por hoy mi inmenso amor pueda ser infinito para vos y así puedo hacerte merecedor de bien y felicidad.

Un pequeño cruce entre mis ojos y tu dulce mirada, que a veces detenida parece ser un paisaje tranquilo, me invita a tomar tu mano, así bien firme y entrelazada, como nos gusta, y caminar hasta que el horizonte se vea obligado a abrir otro nuevo. Es también exquisito y aterrador ver como el tiempo no es nuestro mejor aliado, y siempre nos roba un par de horas, sin embargo dentro de esos minutos odiosamente establecidos, es sublime la eternidad a nivel de átomos que puedo construir y pensar a través de un beso liviano, un beso que a penas roce la piel y se constituya más de energía y del amor que se materializa.

Qué belleza sentir todo esto, aunque me traslade de lo sublime a lo inquietante, a lo que sabe a temor humano, qué belleza a pesar de ello, pues aquello es el sentimiento del humano que al reconocerse diminuto ser frente a la inmensidad y a la belleza se espanta y se escandaliza. Tú, vos, amor, eres la escena encarnada del espectador observando una obra sublime, la cual desprende a destajo el infinito mismo, y lo hace temblar, y querer salir corriendo, y preguntarse una y otra vez qué clase de deidad pudo ponerlo justo en frente de lo que ahora observa, que a penas puede contener, que a penas puede creer. Qué belleza buen hombre, qué belleza es lo que hoy significas.

Tú, vos, amor, eres.
Tú, vos, amor, eres.

A veces desde tu rostro bajo, a veces desde arriba, a veces desde un pequeño beso en la mejilla, a veces desde tus palabras, a veces desde tus manos, a veces desde tus letras y tus ideales, a veces desde mí, a veces desde tu pronunciación, a veces desde tu deseo, a veces desde tus ganas de saltar, a veces desde tu molestia, incluso desde tu molestia, eres. Para mí eres, mucho más que un paisaje vasto.


Te Amo.
*
*

Lila la Golondrina