los camino que escogemos
no suelen ser lo cuales la vida no da,
si no lo que escojemos que sean.
En caminos nocturnos no adentramos
para probar como aun luchamos,
sangramos lo que no somos y
somos lo que vomitamos;
cuando nos cuidamos
de súbito renunciamos
a nuestra costumbre de caminar
en las noche en que el camino nos lleva
al lugar del caserón,
donde los murciélagos descansan
y los cielos nos amenazan;
aparecen los muertos de nuestra vida
pidiendo su parte esquiva...
noches de sufrimiento
de dolor sobre el cemento
ahy aparecen y gritan por tu sangre
por el dolor que te desbande
y son lo que son
descansando en tu canción
en tu sueño y emoción
si, son lo que son y
deleiten en tu sin-razón.
¿alguna vez sonreíste en la ruta?
en el camino que de lejos trae la yuta
atrae al amigo, al compañero vivo,
y al desconocido al de sueños retorcidos,
al enigma viviente, aquel te herirá
en el momento en que camina,
cuando el cielo ilumina con la belleza
de su misteriosa certeza;
de ser si, de ser
lo que jamas determine...
a lo que temí y deje
a lo que huí y ame
por la posibilidad de amanecer
en los cielos del amor
o en el infierno del dolor
en aquel viejo caserón...
...por temor a cargar con mas muertos
o volverme uno de ellos en su momento.
